Punta Catalina: Cenizas y Silencio

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Nizao, Peravia, R.D.- Punta Catalina, la planta generadora de energía eléctrica de mayor innovación en su clase y más moderna de todo el Caribe como ha sido proyectada y vendida genera en todos altas expectativas. Expuesta de manera masiva por los medios de comunicación, entre controversias, verdades, conjeturas y cenizas se teje una historia de real impacto ambiental y de salud para las comunidades cercanas y para el país.

Ganadería en las inmediaciones de Punta Catalina

Nos trasladamos al municipio de Nizao-Peravia, al Sur del país con la firme convicción de constatar el elemento detonante que ha generado en todos la disyuntiva de si el rendimiento de la planta ha sido el correcto y ha solucionado el déficit energético del país o si por el contrario, se está generando un efecto adverso que a la larga comprometa la salud de los lugareños y el mantenimiento estable y armonioso de su flora y fauna.

La comunidad está totalmente identificada con letreros que nos conducen hasta la puerta de la planta, se respira un ambiente de silencio, tranquilidad, a las 11:00am, una vida común y corriente un martes cualquiera, propio de las comunidades pequeñas y agrestes, todo luce indicar que la comunidad se ha acomodado mientras pasta el ganado en primer plano y la pesada brisa trata de peinar el sembradío de arroz situado antes de que se corone el ambiente con esa chimenea alta que se erige y que emite humo combustionado sin cesar en la Playa La Catalina de Nizao.

Todo el trayecto es identificado, las vías de acceso muestran deterioro por la entrada y salida de camiones de la misma, nos sorprendió el hecho de poder recorrer la vía sin restricciones salvo en la puerta principal, a sabiendas de que nunca nos concedieron permiso para visitar su infraestructura y de su tesoro no tan bien guardado que se encuentra en el terreno frontal de la planta, desde donde se vislumbra una gigantesca montaña de cenizas; su “Parque de Cenizas” como le han llamado.

Allí, en permanente vigilancia, un uniformado nos detiene y nos pregunta en qué puede servirnos y al bajar el cristal del vehículo sentimos el infernal calor de la zona, de la hora y el brusco cambio de temperatura que de manera alarmante le dice a nuestros sentidos que estamos en zona de peligro; nos identificamos y el guardia nos dice de manera cordial que sin autorización, como es propio, no puede darnos acceso. Obedecimos, giramos de retorno y en un intento de aprovechar el momento quisimos tomar fotografías con el celular de una de las compañeras y se originó un pequeñísimo impasse que solucionamos saliendo de inmediato del lugar.Obedecimos, giramos de retorno y en un intento de aprovechar el momento quisimos tomar fotografías con el celular de una de las compañeras y se originó un pequeñísimo impasse que solucionamos saliendo de inmediato del lugar.

De retorno, y mientras contactábamos vía telefónica a una de las organizaciones ligadas a la lucha medioambiental, nos detuvimos en distintos negocios de la localidad, y al preguntarles sobre el desempeño de la planta y de si se encontraban en salud solo nos respondían: “Tenemos luz, eso es lo importante y eso es desarrollo, aquí todo está bien desde que Punta Catalina llegó”, mientras que algunas personas se limitaban al silencio que llegaba al término del nerviosismo al vernos y escucharnos mencionar la planta y el cuestionamiento sobre su salud, las cenizas altamente tóxicas y el impacto medioambiental que se está generando por contaminación del agua y del aire.

Algunos de los que se prestaron a darnos respuestas más contundentes nos rogaron que no les fotografiáramos ni grabásemos, ante esa petición entonces cedimos pues sus declaraciones nos servirían bastante.

Seguimos nuestro recorrido, mientras una de las compañeras conversaba con el ambientalista Enrique De León, nos dirigimos hacia el área central del pueblo para conversar con los moradores de los cuales notamos la eterna negativa a dar declaraciones al respecto y un solo comerciante situado a unos kilómetros de la planta nos dio declaraciones de manera abierta y sin el terror que en muchos se generó al escuchar las interrogantes que les realizábamos.

“Aquí tengo yo 15 años en este negocio, vemos que vamos mejorando en cuanto a la energía que siempre está estable, siempre hay un lado bueno y un lado malo. De allá de la planta siempre vemos que los camiones de DOMICEN entran y salen con material parece que algo están haciendo con eso. Estamos bien porque tenemos energía siempre”, expresó Ramón Valdez, propietario de un colmado de la zona.

Por otra parte, José (el del taller de soldadura) quien no quiso identificarse más que de esa forma nos aseguró que los comentarios positivos o negativos que se han generado sobre la planta es sólo fruto de las corrientes políticas del momento “dependiendo de la conveniencia que se tenga se habla bien o mal pero en lo que a mi concierne yo tengo mi taller, tengo luz y más clientes y eso es lo importante”.

Ante el silencio, la inercia y el desconocimiento de muchos, la negativa de los moradores de hablar a favor o en contra, la ausencia de autoridades en el Ayuntamiento del lugar y la entrada al hospital de la comunidad con 3 militares en su frente además de una patrulla policial que, desde que salimos del Parque de Cenizas nos estuvo siguiendo optamos por observar todas las actitudes y notamos que, o la comunidad está bien subvencionada por las partes interesadas ó todos hacen caso omiso de un problema que se evidencia en el extremado calentamiento de la zona, el denso humo y brisa pesada del lugar, el río Nizao con poco caudal y repleto de algas.

Decidimos seguir documentando de manera visual, con el uso de drone, a distancia de la zona restringida pero cuyo  volumen en todo el plano territorial de la zona va elevándose a categoría de montaña y no necesariamente purificando el aire con el verdor de los árboles sino cambiando el panorama por la acumulación de cenizas que contamina y pinta de gris cenizo el paisaje campestre que aspira a mantener el llamado “desarrollo”.

Vista aérea desde el pueblo de Nizao del depósito de cenizas de Punta Catalina

Inicio de las operaciones

El 15 de diciembre de 2013 fue el día que se marcó para dar el primer picazo para iniciar la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC), una obra que fue construida como la panacea para los problemas eléctricos de República Dominicana, a pesar de innumerables advertencias de que podría convertirse en un enemigo para el medio ambiente.

El expresidente de la República, Danilo Medina, la dejó inaugurada el 29 de julio de 2020, unos 18 días antes de abandonar el poder. Aunque los moradores de Nizao, Peravia, aseguran que los “apagones” han desaparecido, los presagios de los ambientalistas y expertos se han cumplido.

Presidente Danilo Medina en la inuguración de Punta Catalina

Al momento de encender sus calderas se informó que su inversión rondaba los US$2,454 millones y que generaría 752 megavatios brutos de electricidad. Las dos plantas de carbón, que tomaron seis años, fueron construidas por el Consorcio Odebrecht-Tecnimont-Estrella.

Además de reducir los históricos apagones, que formaban parte del día a día de los dominicanos, Punta Catalina ahorraría unos US$200 millones anuales a las distribuidoras de electricidad en la compra de energía eléctrica, los cuales se traducirían en un beneficio anual directo para el Estado entre 0.4% y 0.5% del producto interno bruto (PIB). Así lo explicó su pasado administrador, Jaime Aristy Escuder.

El viceministro de Energía del Ministerio de Energía y Minas (MEM),  Rafael Orlando Gómez, dijo que la termoeléctrica ha dado estabilidad al sistema eléctrico dominicano. Además, ha contribuido a reducir el déficit de generación en República Dominicana. “Punta Catalina ha contribuido a la estabilización y reducción de los costos de compra de energía por las Empresas Distribuidoras de Electricidad (EDE)”.

Las bondades de Punta Catalina están siendo nubladas por la contaminación provocada por la producción de energía a base de carbón. Una montaña de cenizas está al frente de la planta custodiada por un militar, quien la protege como si fuera un cargamento de oro.

El vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL), doctor Max Puig, afirmó que instalar una planta a carbón fue una decisión paradójica, ya que la Estrategia Nacional de Desarrollo mandaba a la descarbonización, pero el Gobierno de turno tomó otro rumbo.

“Justamente el gobierno que se estableció en el 2012, que tiene la obligación de cumplir esa ley, apuesta por el combustible fósil más nocivo. Claro está, no fue simplemente una decisión técnica”.

El vocero del Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático (CNLCC), Enrique de León, expresó que el carbón es el “combustible más sucio, más contaminante y de mayor emisión de dióxido de carbono, que es el principal gas de efecto invernadero, causante del cambio climático”.

Tendencia mundial de menos generación a base de carbón

Durante el periodo 2000-2020 ha existido una tendencia a la disminución de la generación eléctrica en megavatios de plantas a carbón, esto debido a que autoridades de diferentes países, especialmente en Estados Unidos, han decidido apostar por otras fuentes de energía.

Esta tendencia podría continuar hasta el 2050, esto según el informe de BP Energy Outlook, en el cual se estima que el uso del carbón para la generación eléctrica podría reducirse en alrededor de un 7.8%, convirtiéndose el recurso menos utilizado para dichos fines.   

Mientras en el portal Global Coal Plant Tracker, observatorio de producción de energía a carbón a nivel mundial, coloca a China, Estados Unidos y la India, como las naciones donde se genera el 73.12% de la electricidad gracias a este tipo combustible. Es precisamente estas tres naciones que lideran a nivel mundial la emisión de dióxido de carbono (CO2).

De su lado que y con la entrada en operaciones de Punta Catalina, la República Dominicana se convierte en el cuarto país de Latinoamérica con mayor generación de energía eléctrica gracias a este mineral.   

Cenizas

“Las cenizas son el producto de la combustión del carbón mineral y las mismas están íntimamente ligadas al tipo de carbón que se queme. Dependiendo del carbón que se utilice, se producirán más o menos cenizas”, precisó el viceministro Gómez.

Al destacar que las “centrales termoeléctricas a carbón mineral se diseñan con los equipos y/o sistemas necesarios para la recolección, manejo, tratamiento y transporte de las cenizas que estas producen, de manera que las mismas no afecten la productividad de la central”.

Meseta de cenizas a cielo abierto

La meseta de cenizas está a cielo abierto, donde camiones de volteo van a lo largo del día a depositar los desechos generados por la planta. Los restos fueron visibles desde el parque central de Nizao con un dron.

Vista desde Google Earth de la meseta a cielo abierto de Punta Catalina

El material, que también se le conoce como fly ash, se puede utilizar para la producción de cemento, hormigón o concreto. Sin embargo, Puig precisó que no está óptimo para este proceso.

“Las cenizas que se han generado hasta ahora en Punta Catalina no pueden ser utilizadas por el alto contenido en azufre por toda una serie razones de orden técnico. Es decir, que esa montaña de cenizas que está ahí no puede ser utilizada para fabricar cemento”, indicó De León.

El funcionario del MEM destacó que “en nuestro país, las cenizas que producen las centrales ITABO se utilizan en la fabricación de cemento. Las cenizas volantes de Punta Catalina ya salen mezcladas con carbonato de calcio (cal), por lo que su uso en cementeras está muy limitado. Sin embargo, las mismas están siendo parcialmente utilizadas por algunas cementeras locales”.

De acuerdo con el viceministro de Energía, las cenizas se están depositando en las cerdas diseñadas para almacenar las mismas de forma segura. “Estas cerdas están localizadas en terrenos propiedad de la central a una distancia aproximada de dos kilómetros”.

Explicó que las cerdas están creadas para retener las cenizas y los líquidos que se deriven de las mismas cuando entren en contacto con la lluvia, las cuales son colectadas en unas cisternas construidas para esos fines.

En la entrevista, realizada vía electrónica, Gómez indicó que “una porción muy pequeña de las cenizas es retirada a la salida de las tolvas de la planta por algunas empresas cementeras locales”.

Según los resultados de un estudio de la Universidad de Duke, sobre las cenizas de carbón de Punta Catalina, existe un amplia presencia de molibdeno (Mo), selenio (Se), litio (Li), talio (Tl), bario (Ba) y plomo (Pb) en los lixiviados de las cenizas, los cuales  superan umbrales ecológicos y valores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para agua potable.

Además, los investigadores explican en el documento, entregado por el CNLCC, que también superan “el Nivel Máximo de Contaminación (MCL) para agua potable de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y los criterios nacionales recomendados para la vida acuática para la Exposición Crónica (CCC) de EPA de EUA”.

El estudio, liderado por los doctores Avner Vengosh y Zhen Wang, señala que el antimonio contamina los suelos y el agua, y  provoca enfermedades pulmonares y problemas en el corazón; el arsénico puede causar cáncer de la piel, pulmón, hígado y linfa, y el bario provoca dificultades respiratorias, incremento de la presión sanguínea, arritmia, inflamación del cerebro y el hígado, entre otros.

En cuanto al plomo, “los componentes son tóxicos y han producido envenenamiento por exposición excesiva. Es uno de los metales que tiene un mayor efecto dañino sobre la salud humana. Incremento en la presión sanguinea, daño en los riñones, abortos, perturbaciones del sistema nervioso, daño del cerebro, disminución de la fertilidad, disminución habilidades de aprendizaje de niños, serios daños al sistema nervioso y al cerebro de los niños al nacer”.

Gómez señaló que los “equipos y/o sistemas de recolección, tratamiento, almacenamiento y transporte de las cenizas de una central están diseñados con una capacidad definida en acuerdo al tamaño de la planta. Si no se removiera las cenizas los equipos de almacenamiento (Tolvas, Silos y correas transportadoras) los mismos colapsarían y sería imposible operar la central”.

Por tal razón, es necesario el desahogo de las cenizas almacenadas en estos equipos y/o sistemas de manera de garantizar la operación eficiente  de la central.

Ecosistemas acuáticos

Uno de los planteamientos del Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático es que las cenizas de Punta Catalina están afectando los ecosistemas acuáticos de República Dominicana.

El río Nizao es uno de los que ha estado sintiendo los efectos de la contaminación. “Tiene un acuífero subterráneo informe, que no nos va a servir de nada si se contamina con sulfuro, con mercurio, en fin, con todas las sustancias que tienen las cenizas y que se han comprobado que la tienen Punta Catalina en gran volumen”.

Puig puso por ejemplo el tratamiento que le dan en Puerto Rico a las cenizas, donde se prohibió el depósito de cenizas de carbón y que se exportan a territorio continental de Estados Unidos. “Estas cenizas también tienen el problema de que tienden a afectar las aguas subterráneas. Entonces ahí hay un tema de exposición, de cómo se establece técnicamente esto, cómo se cubren esas cenizas y que están haciendo hoy”.

De León aseguró que la vida marina de la zona se ha visto afectada por las operaciones de la planta. “Los corales han desaparecido, porque han debilitado los corales para construir el puerto carbonero de Punta Catalina y han cambiado el curso de la manera por el largo espigón”.

Afirmó que estos cambios han provocado la desaparición de la playa de Nizao y la playa de Paya. Además, se está evidenciando la “pérdida de playa a la altura de Matanzas”.

Por producto de las cenizas, de los gases ácidos y las micropartículas, los cultivos de los alrededores de la plata se están perdiendo. De León explicó que los mangos y los plátanos de la zona están sufriendo una merma en la producción.

Gas natural

Una opción que plantean los expertos para reducir los niveles de contaminación provocados por el carbón y mantener la infraestructura es cambiar a gas natural.

De acuerdo con Puig, lo más práctico sería hacer el cambio de matriz para eliminar las cenizas. Resalta que se puede pensar en otros tipos de combustibles, pero se tienen que evaluar los costos de importación. 

“Desde el punto de vista de las emisiones de gases de efecto invernadero, desde el punto de vista de la contaminación, desde esos dos puntos de vista, lo que procede es la conversión a gas de Punta Catalina”, explicó el vicepresidente ejecutivo de Cambio Climático. 

“Tengo entendido que se está estudiando la conversión a gas, porque ya la conversión a gas eliminaría no solamente la ceniza, sino que también reduciría los efectos de la contaminación del carbón”, aseguró.

Aunque no está totalmente de acuerdo con implementar este tipo de medidas, De León entiende que es una de las salidas más convenientes para el medio ambiente.  “Estamos en contra de todos los fósiles, el carbón, el gas y el petróleo para generar electricidad. Nuestra propuesta es energía renovable. Sin embargo, como la inversión de Punta Catalina ya está hecha y el país no puede prescindir de esa inversión hemos pensado que se puede hacer la conversión a gas”.

De acuerdo con el ambientalista, el costo de la conversión a gas natural oscila entre US$300 y US$485 millones. Precisa que el valor dependerá de dónde se tome el combustible, es decir, si es vía gasoducto o por puerto.

Durante su participación en el panel virtual “Conversión a gas natural de Punta Catalina y experiencia en Estados Unidos de conversión de plantas de carbón mineral a gas natural”, organizado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Mark Chernaik, científico de planta de la Alianza Mundial de Derecho Ambiental (ELAW) de Oregón, Estados Unidos, precisó que la conversión de la planta permitiría una disminución de la mitad de las emisiones de dióxido de carbono que produce una planta a carbón, lo cual ayudaría a República Dominicana a ahorrar más de US$1,000 millones anuales en daños al planeta.

Ya sea por los efectos en el medio ambiente o por intereses participales, existe un interés por distintos actores del Estado por hacer la conversión. En marzo de 2021, una comisión del Ministerio de Energía y Minas (MEM), legisladores y autoridades municipales de Peravia se reunieron para establecer acciones para hacer el cambio. 

Salud

Punta Catalina en operación

La llegada de Punta Catalina a Baní ha traído luz, pero también sombras, para quienes residen en sus cercanías. El Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático y el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente (Insaproma) han identificado, con el apoyo de la Red de Monitoreo Comunitario de Nizao, que la salud de algunos munícipes se ha visto afectada por la contaminación.

A través de un comunicado, explicaron que solicitaron al Ministerio de Salud Pública una investigación profunda para descartar que la contaminación de la Central Termoeléctrica Punta Catalina no sea la causante de “numerosas muertes en la comunidad de Nizao”.

De León precisó que están realizando un estudio para cuantificar la cantidad de personas que se han visto afectadas por la contaminación de Punta Catalina.

“Cuando tenemos una concentración mayor del 3% del monóxido de carbono esa concentración resulta ser mortal. Al no cumplir esa función de transporte es difícil llevar oxigeno adecuado a las células del cuerpo”, manifestó la doctora Esther Taveras Santos, Neumóloga- Internista de la Clínica Unión Médica Santiago.

La especialista advierte que una alta concentración de monóxido de carbono puede provocar depreciaciones, dolores de cabeza, náuseas mareos, además de ser uno de los múltiples causantes de cáncer.


“La presencia simultánea de los hidrocarburos, el óxido de nitrógeno, los rayos ultravioletas y la estratificación atmosférica son los que hacen y ayudan a que se mantenga ese smog fotoquímico y como todos sabemos; trae muchísimas consecuencias a nivel respiratorio y a nivel tisular (en la piel) o en los tejidos”, prescisó finalmente la doctora Taveras.

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